Monte Carlo

El GP de Mónaco es la carrera que todo piloto sueña con ganar. Cualquiera que aspire a convertirse en leyenda de la Fórmula 1 tiene que haber ganado, al menos una vez, en Mónaco. Ganar aquí, no sólo supone un reconocimiento como piloto habilidoso y con madera de campeón. Es además, una posibilidad de formar parte de una selecta lista de grandes pilotos de todos los tiempos. Graham Hill, también conocido como 'Míster Mónaco' y Schumacher lo han conquistado cinco veces. Alain Prost lo hizo en cuatro ocasiones mientras que, Stirling Moss y Jackie Stewart lo han hecho en tres. Sin embargo, el récord de victorias en el Principado lo ostenta Senna quien ganó seis veces. Como la Indy 500 o Le Mans, Mónaco tiene un nombre y categoría propios, es casi algo aparte de la F1. Fue fundado en 1920 por Anthony Noghès. Este circuito ha estado presente en el campeonato mundial desde 1955, siendo uno de los fundadores, aunque desde entonces el circuito ha cambiado ligeramente. Algunas de las modificaciones más notables son, por ejemplo, una entrada más suave a la Rascasse en 2003. Y una mejora del aforo, así como un nuevo complejo de pit lane en 2004. Esta carrera es la más prestigiosa del mundial por el lujo y el glamour que rodean al GP, pero sobretodo, porque requiere una combinación de pilotaje preciso, excelencia técnica y puro coraje para correr y vencer en las estrechas calles de este trazado urbano. Sin duda la clave de un buen tiempo de vuelta se encuentra en The Portier que está precedida por la curva más lenta de todo el campeonato, Loews.

El circuito urbano de Montecarlo es el más lento del mundial, ya que no se alcanzan los 300km/h, y el más técnico. Las rectas no existen y los monoplazas necesitan la máxima carga aerodinámica para rendir en las curvas lentas. Además los frenos sufren mucho y son algo esencial. El asfalto está muy sucio y bacheado, lo que obliga a montar suspensiones blandas; probablemente el mejor punto de adelantamiento sea la Chicane en las curvas 10 y 11 aunque es algo casi imposible, por lo que una buena clasificación es importante. Mónaco es un trazado muy exigente ya que cualquier error o despiste se pagan con abandono o accidente ante la ausencia de escapatorias.