Confieso que vi el resto de la carrera para saber como acabarían los Force India, ya que están teniendo un buen comienzo de temporada, mejor incluso que algunos equipos más veteranos y prestigiosos. También terminé decepcionado al ver como retiraron ambos coches por un problema con las tuercas. Sin Alonso ni los Force India sólo me quedaban Webber, Hamilton, y Rosberg, tres pilotos por los que siento simpatía. Curiosamente tres de los cuatro que han dado mucho de lo que hablar tras la carrera. Aunque, claro está, ni punto de comparación el nivel del escándalo de Mercedes con el de Red Bull por mucho que Marko se empeñe en desviar la atención hacia el equipo de Ross Brawn y sea un tanto hipócrita al intentar vendernos que en Red Bull tratan a ambos pilotos por igual cuando no es verdad.
Lo que debería haber sido un doblete y su posterior festejo se convirtió en un infierno para los del patrocinador de la bebida de Mateschitz y Yoovidhya. Un infierno que ni siquiera Newey en el podio pudo apagar. La cara de Webber reflejaba claramente todo por lo que había pasado, no solo momentos antes, sino seguramente también todos estos años. Evitó en todo momento a su compañero Vettel a quien espetó una simple frase,con cara de asombro y enfado, que para ellos debe tener mucho más sentido que para todos nosotros -Multi twenty-one Seb; Multi-21 Seb- más tarde en rueda de prensa, tras la ceremonia del podio en la que tampoco se acercó a él 'cubrió de gloria' con sus palabras al piloto alemán.
Todo comenzó cuando Vettel
En Mercedes ocurría algo similar, pero no tan disparatado ni surrealista; bueno, quizá sí surrealista hasta cierto punto, pero no tan disparatado y por supuesto no poniendo en entredicho la autoridad del jefe de equipo. Rosberg sabiéndose más rápido que Hamilton pidió adelantarlo. Desde el muro le dijeron que no lo hiciese y que defendiese el intervalo de tiempo que habían conseguido respecto a Massa, seguidamente pidieron al británico que ahorrase combustible. En Mercedes ya han mostrado las cartas y han escogido al nº 1, puede parecernos injusto -como a este que escribe- apostar por el piloto que menos ritmo tiene, no obstante la decisión es a largo plazo, no en un momento determinado. Rosberg tampoco estaba contento con la decisión, y así lo contó a los medios más tarde. Aún así era y es consciente de que no está solo, de que hay una jerarquía y unas normas que acatar, y de que si no van todos a una dejan de ser un equipo.
En cuanto a los demás equipos, Hulkenberg tuvo un día duro para conseguir el octavo puesto para Sauber, seguido por Pérez que finalizó noveno en su McLaren. El mexicano tuvo más suerte que su compañero, ya que, en una parada a boxes los mecánicos no consiguieron apretar bien una tuerca en la rueda derecha delantera haciéndole perder posiciones, y después fue llamado a boxes debido a un problema mecánico que puso punto y final a la carrera de Jenson. Valtteri Bottas terminó en décimo primera posición, lo que no está mal si tenemos en cuenta que su compañero de equipo, de nuevo se fue de excursión a la hierba rompiendo el alerón delantero y abandonando finalmente, y ya van dos abandonos en dos carreras. Esteban Gutiérrez dio la décimo segunda posición a Sauber, seguido de Bianchi, Pic, que protagonizó junto a Vergne otra de las anécdotas de Malasia, en un choque en pleno pit lane. El de Toro Rosso se llevó por delante al piloto de Caterham y eso le costó una multa más tarde a su equipo.
Así las cosas, Vettel lidera el campeonato de pilotos seguido por Räikkönen, Webber, Hamilton y Massa. Mientras que Red Bull se pone a la cabeza en el campeonato de constructores, con Ferrari en la segunda posición, y Lotus en la tercera seguido por Mercedes. La próxima carrera será en China el 14 de abril, y todos tendremos los ojos puestos en Red Bull.